miércoles, 30 de diciembre de 2009

La Caldera de Hugo

Justo cuando estábamos por festejar una navidad más. Nos enteramos que el ex presidente venezolano, Rafael Caldera, pasó a mejor vida. Obviedad esperable para alguien de 93 años. Algunos medios argentos, sostuvieron que su principal error fue liberar a Hugo Chávez en 1994. Allanando el camino de éste, a la presidencia, 5 años después.

Pero la culpabilidad de Caldera para la llegada de Chávez, es mucho más compleja e interesante. Su responsabilidad es, por supuesto, compartida con la dirigencia del partido que el fundó (el democristiano COPEI) y la socialdemócrata Acción Democrática (AD). El COPEI (Comité de Organización Política Electoral Independiente) fue el partido fundado a mediados de los ´40s por el mismo Caldera. Este partido, derrocado el dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958; firmó junto a AD, la patronal, sectores militares, la Iglesia y un tercer partido (URD) que pronto perecería, el llamado Pacto de Punto Fijo. En este pacto; en primer lugar, se formalizaba el predominio de poder de AD; y en segundo lugar, se establecían las condiciones para sostener una democracia estable. Y finalmente, y no menos importante, se proscribía, la participación política legal de comunistas o afines.

Debido a esa proscripción, el comunismo venezolano en los 60s decidió la vía de la lucha armada. La cual fue reprimida a sangre y fuego, sin respetar el mínimo de respeto por la lay. Pero a fines de los 60s, es electo Caldera (luego de 2 presidencias de AD) presidente y conduce una política pacificadora y progresiva de incorporación de la izquierda dura a la arena política legal. La democracia venezolana, estaba completa, Sin proscripciones y con alternancia partidaria. Y como siempre, dependiente del petróleo.

Luego de Caldera, viene el turno de los "años felices" de Carlos Andrés Pérez. A pesar de una pobreza que no llegaba al 10% y de una clase media opulenta, gracias a los beneficios del oro negro supervaluado, esta época fue el principio del fin. La primer presidencia de Pérez se caracterizó por obras faraónicas con gastos del mismo tipo. Obras que solían adjudicarse con sobreprecios escandalosos. A pesar del buen precio del crudo, Pérez empezó a contraer cada vez más y más deuda externa. Los 80s fueron una década perdida también en Venezuela. El país se siguió endeudando cada vez más, a pesar que durante la primera mitad de la década los precios del oro negro continuaron altos. Los petrodólares, es importante decirlo, nunca pero nunca sirvieron para desarrollar una importante industria diversificada como sí hicieron otros países que supieron aprovecharon la propiedad de una materia prima importada. La renta petrolera lo único que hizo fue subdisiar el consumo de productos importados sin desarrollar no sólo una industria de alto valor agregado, sino siquiera una industria alimenticia (de ahí que los productos alimenticios fueron y son muy caros). Esto a la larga produjo un límite, menor producción, mayor desempleo, que se traduce prontamente, en mayor pobreza.

Por otro lado a nivel político, la diferenciación ideológica dejó de existir. Votar AD o COPEI se tornó básicamente lo mismo. Entre el gobierno de Pérez y el último de Caldera, no podemos encontrar diferencias de ideas. Por otro lado, las elites fundadores de ambos partidos, se fosilizaron en los partidos. Los mismos que habían firmado Punto Fijo en 1958, seguían dirigiendo los partidos en los 80s. No había espacio para una nueva dirigencia. La política además, no pasaba por el Parlamento, se discutían por fuera de él entre las cúpulas partidarias. La dirigencia se alejó cada vez más y más de sus bases. La desconfianza en la política aumentó de tal manera que la abstención promedio en Venezuela antes de la elección de 1988 (cuando vuelve Carlos Andrés Pérez) era del 10-12%. En 1988 llegó a casi el 20%; en 1993 superó el 30% y Chávez mismo en 1998 es electo con una abstención del 36%. Y no menos importante, al momento de ser elegido el Coronel Hugo, la pobreza llegaba al 65%. Cuando en 20 años se pasa del 10% de pobreza al 65%, la tragedia está sentenciada.

En los 90s, no sólo continuó la deuda externa y los lazos con el FMI. La relación con éste último se profundizó y así es como en febrero de 1989, se da el llamado Caracazo. Luego de que Pérez, por consejo del FMI, lanzara un durísimo programa de ajuste que no tenía el mínimo de consideración por los sectores más pobres de Venezuela. Los desposeídos salieron a saquear todo y la Policía, la Guardia Nacional y el Ejército les respondió con 400 cadáveres en el lapso de 72 horas. El cisma de los más pobres y los políticos no volvió a ser el mismo.
Pérez será "traicionado" por su propio partido. Se sometió a un juicio político por parte del Congreso y tuvo que dimitir. El juicio político, no se debió sólo a la evidente corrupción de su gobierno, sino más bien a la venganza de sus partidarios por inundar de colaboradores tecnócratas educados en el exterior y apartidarios. Su propuesta de descentralizar los gobiernos regionales y locales (una buena medida, debemos admitir) no fue tampoco perdonado por los políticos de AD. Para colmo, en 1992, se sufren 2 intentos de golpe de estado, que para colmo no son mal vistos por una parte importante de la opinión pública. Para mal o para bien. Chávez supo capitalizar esa bronca cuando dio una miniconferencia de prensa, justo antes de entregarse y rendirse.
 Luego de un gobierno de transición. Vuelve Caldera al poder con la abstención ya mencionada. La novedad acá es que por primera vez, en 35 años, no gana ni AD ni COPEI, sino que gana un frente de izquierda. Aunque liderado por un político símbolo de la clase política ya defenestrada y fosilizada en el tiempo. Pero lo terrible, que a pesar de una campaña antineoliberal y que no se iba a aplicar recetas del FMI. El país en 1994 sufre una crisis financiera e inflacionaria.con quiebre de miles de bancos y PYMES. Debido a esto, a los pocos meses de asumir, Caldera lanza la Agenda Venezuela. Si con el Caracazo el subsidio al consumo quedaba herido. Con el programa de ajuste de Caldera, queda en coma. En este programa se establecen privatización de empresas públicas, liberación de precios de servicios públicos, establecimiento del IVA, aumento del precio de los carburantes en un 700%, etcétera.
Si la clase baja no salió tan fuertemente a la calle, es porque se sintió vencida. La clase media, cayó en una actitud de una antipolítica inigualable. Esperando que un outsider salvador. Así es como Chávez entra en escena, con un discurso capitalizador de la antipolítica, con discursos que mezclaban a Velasco Alvarado con el seineldinista intelectual Norberto Ceresole (Después, hay que decir, ideológicamente sería un poco más claro). En 1998, Chávez gana con la abstención más alta de la historia conocida desde 1958. La antipolítica vencía.Para mal o para bien, se iniciaba una nueva era. Muy distinta en la forma de hacer política.
 Los partidos tradicionales, cavaron su propia tumba. A Caldera se la están cavando por segunda vez.